Vacación, mantra que trajo el mar
14 de noviembre del 2020, Mexicali, Baja California. Transmisión de Vacación a través de Cultura UABC.
Cruzando nerviosa la avenida López Rayón, divisé telas rayadas y amarillas por la ventana superior del desierto teatro universitario, así como una gorra que me pareció familiar. Esta es una crónica de varias primeras veces. Especialmente: Primer show que presencié desde el comienzo de la pandemia, primera vez escuchando en vivo a Caloncho y David Aguilar en Vacación. Primera Victoria que me tomé, primera vez que vi a algunas personas.
Con un danzón en el estómago gracias a los nervios, entré por una oscura puerta lateral del teatro. La primera habitación era muy iluminada, pasé de largo brincando tantos cables para buscar un lugar adecuado, estaba por comenzar. El staff y los pocos y privilegiados invitados tomamos nuestros lugares mientras la iluminación disminuía, David y Caloncho bajaron con prisa hacia las butacas.
Se terminó la cuenta regresiva y el show ya estaba en vivo. Caminaron desde los umbríos asientos hacia sus instrumentos, con los cuales enseguida hacían música guapachosa. Si no mal recuerdo, comenzaron tocando ‘‘Las Caguas’’. De repente, todos nos encontrábamos envueltos en un mantra sublime, que acunaba leyendas, gastronomía mexicana, amistad y calidez con tonadas de sea shanties. Entre canciones contaban cómo surgieron algunas de las letras y el poco tiempo que tardaron componiéndolas en medio del mar.
Terminando el repertorio y la convivencia con fans en línea, subimos a aquella habitación que miré mientras estaba cruzando la avenida. Había una hielera con cheves, un guisado aparentemente vegetariano, tortillas, aguacates de sobra, frijoles, fruta, café y piquete; era un salón de danza, bien adaptado para pasar bien el rato. Caloncho comía tacos y de postre lo que parecía una ciruela, después una Victoria para bajar la comida. Fue en este momento donde probé la Victoria por primera vez.
David y otros cuantos llevaban, fácil, una hora hablando de geopolítica y otros datos específicos, como la dirección hacia la que gira el agua del inodoro.
Llegó la hora de irse, con la noción del tiempo perdida. Al día siguiente, Vacación tenía show en Tijuana.
De todo esto me llevé ancladas sus canciones, en vivo resultaron más pegadizas. Me quedé un aguacate que no querían dejar ahí y también la gran satisfacción de escuchar música en vivo después de tanto tiempo.
Texto por Ana Lepe
Fotografías por Armando Ruiz